viernes, 17 de noviembre de 2017

Tinuco: la persona y el artista.

"Tinuco", a la izquierda,
en el puente de la zanja.
Vamos a repasar en este reportaje del blog, a título póstumo, la vida y obra de uno de sus vecinos, Agustín Toribio Álvarez, "Tinuco", un polifacético artista que dejó huella en Tembleque.
1915
Y lo haremos a través de su hija, María Toribio, a la cual conocí a gracias al blog hace ya bastantes años, y con la que mantengo una cordial relación desde entonces. 
De vez en cuando me ha enviado algunas imágenes de sus cuadros, que hemos compartido en el blog, así como fotografías antiguas conservadas por su padre, que estuvo viviendo en la posada de la tía Victoria, en plena Plaza Mayor a mediados del siglo XX. La tía Victoria era la abuela de Agustín.


La Tía Victoria.
Carmen La Feria. Criada de la posada.
Adjunto la única fotografía que la familia conserva de la tía Victoria, así como la criada que tenían en la posada, Carmen La Feria, fotografía esta última del verano de 1944.
Vamos a recopilar algunas de sus imágenes, con el texto biográfico que su hija María ha escrito para para esta ocasión tan especial, y dejar así constancia, rindiendo homenaje a este gran paisano nuestro que nos dejó hace poco:


Tinuco nació en Santander, el 1 de abril de 1930, pero lo tuvo que abandonar en 1939, a los 9 años de edad, por los desastres de la guerra, ya que su padre había sido encarcelado por el mero hecho de ser radiotelegrafista, ya que estos eran un peligro para el régimen.
Tinuco y sus hermanos.
1900. Amigos de regreso de cazar
del valle de Tembleque.
Por este hecho, decidieron enviarlo a Tembleque, y a sus hermanos Luis y Juan Manuel a Madrid, con los abuelos maternos, Juan Manuel (el conde) y Purificación Paz. Fue a recogerlos su tío Agustín y todo el viaje hacia Madrid transcurrió bajo bombardeos.
 Nada más llegar al pueblo se encontró con una multitud esperándolo en la puerta de la posada del Valenciano, la de su abuela, por que querían conocer al nieto de la tía Victoria.
 A partir de aquí nació su amor por Tembleque, el cual mantuvo hasta el día de su fallecimiento y que me transmitió a mi, su hija.
 Él decía orgulloso que era de Tembleque, a todo el mundo le hablaba del pueblo y sobre todo sentía especial orgullo de que este saliera en "Don Quijote de la Mancha".
 Al cabo de dos años de su llegada al pueblo, llegaron sus padres, y se trajeron con ellos a sus dos hijos mayores, trasladándose a vivir a la calle Hospital.
Familia materna.
Empezó a ir las escuelas, el Grupo escolar Antonia González, junto con su hermano Juan Manuel y poquito tiempo después conoció a varios chicos, de los cuales enseguida se hizo gran amigo, Julio Mateo (el hijo del secretario), Pepe Las Marías, Manolo López Saavedra, y Juanito (el hijo del maestro). Con Julio y Pepe mantuvo su amistad hasta el fin de sus días. También tenía mucha amistad, más bien eran casi familia, con Fede y Donato Díaz-Carrilero, los de la barbería de la plaza, y también la mantuvo hasta su muerte.
Le gustaba cazar palomas en la torre de la iglesia, junto a sus amigos y su hermano Juan Manuel (Manel), para luego comerlas en la casa del cura, Don Andrés, con el cual tenían amistad, y decían que era una bellísima persona.
Tinuco fue monaguillo también. Compaginaba los estudios con el trabajo en la fábrica de yeso que tenían al lado de la posada y con el del campo.
 Tiempo más tarde dejaría la escuela y seguiría sus estudios en casa del maestro Don Blas.
 Aquí en el pueblo descubrió su vena artística, empezó a pintar cuadros, los cuatro primeros los pintó en la escuela, fueron las cuatro estaciones, los cuales se los llevó Pla y Deniel, arzobispo primado de España que residía en Toledo, en una visita que hizo al pueblo, el siguiente fue una vista de la iglesia desde el tejado de su casa. Y a partir de aquí no paró de pintar, y lo hizo hasta prácticamente el fin de sus días. Disfrutaba a la vez que le relajaba, era su pasión.
 Otra cosa que también hizo estando en el pueblo fue teatro, más concretamente una obra titulada “Los Limpiabotas”.
Tinuco se apuntaba a todo. Cuando eran las ferias y fiestas, era el primero que se ponía a torear las vaquillas, o que bailaba en la plaza con alguna chica, sabía disfrutar como nadie de los eventos que se organizaban en el pueblo. También en las procesiones de Semana Santa o a las festividades del Cristo del Valle... Le gustaba participar en todo.
1946. Tembleque 8 - El Romeral 0.
 Jugaba al fútbol en la plaza o en la era de Naboz, pero también fue miembro del primer equipo oficial del pueblo, a mediados de los años 40, junto con su gran amigo Julio, Quico y Enrique Alcalde de Mota y otros muchos. Era de los mejores y el que más corría; en un partido contra Mora, los ocho goles que se marcaron los metió él. Y en otra ocasión contra El Romeral, tuvieron que volver corriendo por que estos no supieron perder y los intentaban apedrear. Eso si, una de las veces que vinieron a coger agua al pueblo porque la de allí era mala para beber, se vengaron rompiéndoles las cubas...
  En el pueblo tanto Tinuco como sus hermanos Luis y Juan Manuel eran conocidos como los “hermanos Maya”, pero a Tinuco también lo conocían como “Mollejas”. También le gustaba cantar, y lo hacía muy bien. En las ferias, él y Julio se subían al escenario a cantar las canciones de la época, de Jorge Negrete, Irma Vila..etc. O si no, cantaban en el casino. Y muchas veces era por el clamor popular.

Pero volvamos a los cuadros; pintó diferentes vistas de Tembleque, de la Iglesia, de la Plaza, de la casilla de la viña... También le gustaba mucho copiar de los grandes como Velázquez, Goya, Constable, Van Gogh, Vermeer...etc, y la verdad es que los hacía prácticamente igual.
 Las veces que fuimos a Madrid, visitábamos el Museo del Prado y él se llevaba un bloc y un lápiz y se ponía a tomar notas para pintar algún nuevo cuadro.
 Tiene pintados unos 150 cuadros, entre ellos se encuentran, la Joven de la Perla de Vermeer, Las meninas de Velázquez, la Vendimia y Carlos III Cazador de Goya...etc. Por cierto en la oficina de Turismo dio un cuadro en el cuál se veía a Don Quijote y Sancho camino de Tembleque, lo que pasa es que parece ser que gustó tanto al ayuntamiento que se lo llevó. Firmaba sus cuadros como Toribio, pero tiene algunos firmados como Tinuco, por que él con el tiempo lo prefirió así.
Otra cosa que se le daba bien era labrar la madera y hacer pequeñas esculturas con ella, a parte de alguna otra con llaves de relojes de pared antiguos. O coches o trenes con piezas como linternas, mecheros, esferas de relojes de bolsillo antiguos, rodamientos..etc.
En definitiva fue un artista excepcional, pero lo más importante es que fue una gran persona y un gran padre. Era noble, cariñoso, lleno de bondad y un gran hombre de los pies a la cabeza, que con sus pinceles ha coloreado nuestras vidas.
Edito este reportaje, casi un año después de su publicación, para aportar algunos cuadros más de Tinuco, y es que resulta que su hija, María Toribio, pudo visitar recientemente su pueblo, Tembleque, y en aquella visita express, donde nos conocimos personalmente, me comentó que tenían algunos cuadros más, uno de ellos, por cierto, se guardaba en la oficina de Turismo, y que añado igualmente al álbum fotográfico, con dedicatoria incluida por parte de Tinuco al Museo etnográfrico de la oficina de Turismo, en 2010.

También me envió una foto de una antigua medalla del Cristo del Valle, de mediados del siglo XX, que conserva en su actual domicilio y que también añado, tanto la foto del anverso como del reverso.
En el siguiente álbum online, con el que finalizo este reportaje-homenaje, recopilo tanto fotografías antiguas, como imágenes de sus cuadros y esculturas, cada uno con su correspondiente descripción, todos facilitados para la elaboración de este reportaje por su hija, María Toribio, a la cual agradezco su colaboración.

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